miércoles, 2 de septiembre de 2015

Editorial: Un respeto básico

Una de las imágenes más curiosas que dejó la recortada fecha 6 del pasado domingo fue el problema que se dio entre el delantero mexicano Carlos Kamiani Félix y el técnico Roberto Gamarra, ambos de la Universidad de San Carlos.

Y pese a que se ha escuchado la versión, al menos del delantero mexicano, acerca de que se trató de una situación propia de un partido y la calentura del momento, es evidente que detrás de la reacción hubo más que un insulto, una situación reprimida por varios días y que explotó en un partido aderezado por otros aspectos como los goles que no concretaron los azules.


Curiosamente una semana antes, fue Malacateco el que acaparó la atención cuando el reclamo del ex preparador físico terminó en una pelea entre miembros de la misma institución. Días antes, fue el médico de Mictlán quién también fue señalado por agresiones verbales.



Se puede entender que dentro de un equipo existe un particular ambiente que obedece a muchas situaciones como por ejemplo una mala racha, la necesidad de ganar puntos, un atraso en los pagos, en fin, una serie de situaciones que se pueden dar, pero ningún caso justifica una agresión verbal, no se diga física, contra un futbolista, mancillando no solo el respeto que tiene como deportista y profesional sino como persona.




Es importante que los directivos investiguen y profundicen cuando se invierte en contratar a profesionales, principalmente aquellos que no tienen mayor historia dentro de la liga. Un mínimo de nivel de calidad debe ser una condición importante para ser contratado.



No se trata solo de dejarse llevar por un historial. LA calidad humana es tan importante como la profesional. También es importante que los directivos tengan un acompañamiento cercano a lo que ocurre en el día a día, que sufran, por decirlo así, la presión que puede tener un equipo por malos resultados, y esto sirva para entender cuando hay un ambiente difícil en el interno de un camerino

Escenas como las del domingo, no solo evidencian situaciones delicadas a lo interno de una institución, sino que envían un mensaje negativo a los aficionados que se encuentran adentro de un estadio. Un respeto básico es necesario. 

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