Lo que llama la atención es que la salida de Gamarra fue algo anunciado desde hace varios días y lamentablemente por una situación conocida por todos en el exterior del campo universitario. Malos tratos, insultos, problemas personales entre cuerpo técnico y jugadores se hizo público de tal forma que cualquiera de los que habitualmente cubren la fuente de la Ciudad Universitaria conocían.
Fue evidente la mala relación entre cuerpo técnico y jugadores, varios de ellos referentes, que pueden ser parte de la justificación para el mal arranque azul.
Fue como el día y la noche para un Gamarra que a juicio de los directivos rescató el anterior torneo para la U pero a pesar de contar con una respetable plantilla simplemente no tuvo el manejo de recurso humano.
Curiosamente no es el único caso que se ha dado en el presente torneo, ya que son varios incidentes que han ocurrido con el lamentable protagonismo de preparadores físicos o personas vinculadas al cuerpo técnico. En esas circunstancias es importante entender como el famoso ambiente de camerino es uno de los factores con mayor incidencia en el rendimiento de un equipo.
No se trata solo del tema económico el cual lamentablemente ya aprieta a varios equipos, sino del manejo importante tanto de lo táctico y técnico como de las situaciones que se viven en los camerinos. Hoy día, la variedad de redes sociales hace que esa leyenda de que lo ocurrido en el camerino se quedaba allí ya no se da más y lo peor, en muchas ocasiones se enteran primero los aficionados y quienes no simpatizan con un conjunto que con los mismos directivos que deben reaccionar ante lo que ocurre.
Por el bien de la Universidad se espera que el famoso ambiente del camerino se tranquilice y el rendimiento del conjunto se vea beneficiado con los puntos necesarios para rescatar una temporada que se ha iniciado de manera complicada.
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