EDITORIAL: Buen Regreso

Tras varios años de ser noticia por los reclamos, las disputas y señalamientos políticos, la serie de recursos y recontra recursos, y lo más delicado, un divisionismo que afectó a los deportistas, finalmente el baloncesto guatemalteco volvió a la escena internacional con la participación en el torneo centroamericano que dejó una discreta actuación de los varones y el subcampeonato para las damas tras perder el fin de semana frente a México.

En estudios realizados a principios de siglo, el baloncesto era el segundo deporte con mayor práctica en el país, increíblemente con una gran difusión en el interior de la República, probablemente favorecido por la infraestructura de los llamados polideportivos y la ventaja de ser una disciplina que ambos sexos podría practicar en los centros escolares tanto en los períodos de educación física como en los espacios libres. Los problemas internos seguramente derivaron en que otras disciplinas como el atletismo.

Como muchas veces ocurre, la política invadió al deporte, y los intereses afectaron al baloncesto aislándolo de la actividad internacional y alejando a los mismos aficionados y atletas que prefirieron buscar ligas independientes con tal de mantenerse activos en la práctica de la disciplina que les gusta.

Es agradable escuchar que el deporte de los encestes vuelve a la escena internacional. Ojalá pronto se vuelva a escuchar de aquellos llenos totales en el Gimnasio Nacional para observar los tradicionales duelos en las finales escolares que luego nutran a los equipos de las categorías mayores. Existen muchos patrocinadores que seguramente se identifican con el baloncesto y que podrían ayudar a volver por sus fueros a una disciplina que tiene el potencial natural para ser una de las más practicadas en el país.

No es fácil recuperar el tiempo perdido, pero ánimo a las autoridades del baloncesto, tocará la complicada tarea de conciliar a bandos opuestos por interés o formas de entender la administración deportiva pero es necesario cumplir con ese proceso para que el baloncesto vuelva a llenar los escenarios reclamando el lugar que siempre ha tenido y nunca debió perder en la escena nacional e internacional.